domingo, 11 de diciembre de 2011

¿ Que pasa en Chile con el Aborto?

  • Historia de Prohibiciones en Chile
La lucha por la defensa de los derechos reproductivos partió con la legalización de las píldoras anticonceptivas en 1964. Fueron distribuidas por el Ministerio de Salud durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva para “reducir los altos índices de mortalidad causados por el aborto”. La iniciativa despertó la crítica de quienes veían en la anticoncepción una forma de manipulación de la reproducción humana. La autorización para realizar abortos terapéuticos fue ingresada al Código Sanitario en 1931. Para que una mujer pudiera acudir a este procedimiento, debía recibir la aprobación de dos médicos que confirmaran el riesgo de su salud. Sin embargo, dicha práctica sería abolida en septiembre de 1989 a cinco meses de que Pinochet entregara el poder ejecutivo.
Al respecto, Rosa Yáñez, coordinadora del Foro de Salud y Derechos Sexuales Reproductivos, destaca que “durante toda la dictadura un gobierno tremendamente violador de los derechos humanos, ese derecho en particular se mantuvo intacto. Curiosamente esto cambia justo antes de la transición a la democracia”.
La prohibición de la experiencia abortiva en beneficio de la madre fue impulsada por el Cardenal José Medina, quien: “En calidad de vice gran canciller de la Universidad Católica, consulta con médicos de mucha categoría, quienes le dijeron que no había justificación para que se mantuviera una norma así”. Luego, Medina acudió a la Junta Militar, donde su iniciativa fue acogida con particular interés por el Jefe de la Armada, José Toribio Merino. La ley se aprobó meses después y penalizó cualquier intento abortivo, incluso con fines terapéuticos.
Los artículos 342 a 345 del Código Penal establecen los castigos por el delito de aborto. Las penas varían entre los 3 y los 5 años para las mujeres que se sometan a uno, mientras quienes sean acusados de facilitarlo pueden ser condenados desde 541 días a 3 años de cárcel. En la década de los ‘90, diputados como Hernán Larraín y María Angélica Cristi enviaron proyectos al Congreso para aumentar las penas de 5 a 10 años, pero no prosperaron.
Estas leyes, ante ojos de especialistas médicos, son incongruentes con la realidad. Si bien no hay cifras específicas sobre el aborto en Chile, el informe de la organización internacional The Alan Guttmacher Institute, de 1994, revela que de 451.800 embarazos, un 35% terminó en aborto inducido. Según el mismo documento, las estadísticas indican que nuestro país posee una de las tasas de interrupción de embarazo más altas de América Latina.
“En este país, recién se vislumbra una conversación acerca del aborto terapéutico, asunto ya zanjado en la mayoría de los países del mundo. Y se llega a eso, por ejemplo, el caso de Claudia Pizarro, un caso extremo en que estamos hablando de vida o muerte”, señala Elena Gallegos, chilena que se realizó un aborto legal, gratuito y por decisión propia, mientras residía en Australia.
Por otro lado, durante la Concertación se presentarían débiles intentos por modificar la situación respecto a los derechos reproductivos en Chile. El más significativo estuvo marcado por la llegada de la Píldora del Día Después, anticonceptivo de emergencia que aún no es distribuido igualitariamente en todo el país.







  • Abortar a la mala
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se producen cerca de 160 mil abortos al año. Los métodos abortivos caseros con base en la infusión de hierbas son de los más utilizados, tales como la borraja o la ruda, que se pueden adquirir en el comercio  y su efectividad varía según el organismo de la mujer y el método de preparación. También es conocido el uso de fármacos con alto nivel de eficacia abortiva en los primeros meses del embarazo, como el Misopostrol -también conocido como Misotrol-, que se usa para tratar úlceras gástricas.
Respecto al uso de esta medicina, Verónica Díaz, directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir en Chile señala: “Es un buen medicamento que a las mujeres no les hace daño, pero que en el país ya no se vende. Ellas lo compran en el mercado negro y las engañan, en vez de Misotrol les venden aspirina, yeso y otras cosas. Lo único que hacen es perder plata y ganar infecciones”.

  •      Caso de Agustina
Me introduje dos pastillas vía vaginal con un tampón. Las otras dos, me las tomé vía oral”, detalla “Agustina”, quien pide no ser identificada. “Me quedé dormida, pero de inmediato mi estómago o útero, no podría decirlo, comenzó a moverse y sentí algo extraño, que luego se tranquilizó. A las 8:00 A.m. en punto comenzó el sangrado. Procuré esperar hasta que se volviera insoportable y fui al baño, como me habían dicho. Allí comenzó un sangramiento que no duró más de media hora. No tenía mucho dolor, era sólo una regla fuerte. De pronto, sentí caer un coágulo de sangre que luego vi que era del porte de una nuez. Ese era el embrión”, recuerda.
Agustina sugiere usar Misopostrol a mujeres que no tengan más de dos meses de embarazo y estén decididas a practicarse un aborto. “Recomiendo que luego vayan a algún consultorio y digan que tuvieron un aborto natural, para corroborar que todo está bien. Es muy común en jóvenes y no pueden comprobar si te hiciste un aborto con pastillas, así que no tienen para qué decir que pasaron a la ilegalidad. Es terrible tener que mentir y sentirse insegura, pero no queda otra en este país”, enfatiza.
El caso de Agustina (23) fue distinto, todo salió bien. Ella relata que algunas amigas también lo hicieron y fueron quienes la orientaron.Tal como ella, por generaciones, miles de mujeres han acudido a la clandestinidad para hacer valer su voluntad. Así, si bien hoy la discusión está abierta en el mundo político, la práctica del aborto al menos el terapéutico está legalizada en casi la totalidad del globo y esta es apenas una parte de la deuda que el Estado tiene con la salud de las mujeres que abarca desde el postnatal, el desigual precio entre hombres y mujeres para acceder a planes de salud, la poca educación sexual, según defienden las organizaciones que están por el derecho a decidir.




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